El teatro que hacemos es un teatro de jóvenes para jóvenes y no tan jóvenes
CDMX
Lo que me gusta de hace teatro es sentir todas esas emociones como el barullo, la responsabilidad y la expresión del público al ver el trabajo final.
El ser consiente es una búsqueda constante para transformarnos y modificarnos, es el proceso de descubrirte en la humanidad y descubrir la humanidad que hay en ti. Eso es lo conmovedor del teatro, el momento en el que podemos sentirnos igual al de al lado.
Antes le temía a los niños eran como monstruos pequeños y cariñosos, pero muy sinceros y la sinceridad y honestidad de los niños muchas veces duele, luego aprendí a manejarme con ellos y ahora, yo los controlo en el escenario, no ellos a mi.
Cuando actúo puedo jugar libremente sabiendo que nada es real y todo es verdadero, que aunque pueda pasar cualquier cosa en el escenario, uno termina bajando para entender que después de lo experimentado, nada importa… igual que en la vida.
Al hablar de diferencias entre lo presencial y la virtualidad, parece que el permanecer en casa nos brindó un plus de seguridad, de sentirnos a salvo en nuestros espacios y desde ahí crear.
Pásele, aquí hay teatro” surge de mi necesidad como actriz por apoyar a mi propio medio artístico, preocupada por la falta de público.
Para mí el teatro es la vida, es una forma de vivir y de expresarte, es un espejo en el cual tú mismo te vez, tus defectos y virtudes.
Si tienen la fortuna de acercarse al dramaturgo de la obra que van a montar, pídanle que les cuente sobre las obras, mientras más cosas puedan saber de todo el texto les va a servir para entender mejor todo y desarrollar mejor el personaje
¿Cómo podríamos hacer de esta nueva posibilidad un acontecimiento y no solo una expectación? ¿Se puede generar un convivio que transgreda al espectador a través de la virtualidad o definitivamente no?