En el 2015, recibió una invitación de Valeria Fabbri para colaborar en la puesta en escena “Hoy se murió mi tortuga”, montaje que, a parte de dar origen al colectivo, también dio la idea de ponerle el nombre de “Me dijo, le dijo, le dije”
CDMX
Como artistas, no debemos ponernos exigentes para tener público en estos momentos, ofreciendo funciones vía streaming cuando algunas personas (o su mayoría) están cansados de estar sentados todo el día trabajando en las computadores o dispositivos.
Trazos en la Ciudad nos cuenta la vida de una joven que busca encontrarse una vida fuera de las reglas sociales que la limitan.
“Me gusta mucho cuando capto la atención del público y logro que las personas se emocionen con mi trabajo”
El teatro que hacemos es un teatro de jóvenes para jóvenes y no tan jóvenes
Lo que me gusta de hace teatro es sentir todas esas emociones como el barullo, la responsabilidad y la expresión del público al ver el trabajo final.
El ser consiente es una búsqueda constante para transformarnos y modificarnos, es el proceso de descubrirte en la humanidad y descubrir la humanidad que hay en ti. Eso es lo conmovedor del teatro, el momento en el que podemos sentirnos igual al de al lado.
Antes le temía a los niños eran como monstruos pequeños y cariñosos, pero muy sinceros y la sinceridad y honestidad de los niños muchas veces duele, luego aprendí a manejarme con ellos y ahora, yo los controlo en el escenario, no ellos a mi.
Cuando actúo puedo jugar libremente sabiendo que nada es real y todo es verdadero, que aunque pueda pasar cualquier cosa en el escenario, uno termina bajando para entender que después de lo experimentado, nada importa… igual que en la vida.
Al hablar de diferencias entre lo presencial y la virtualidad, parece que el permanecer en casa nos brindó un plus de seguridad, de sentirnos a salvo en nuestros espacios y desde ahí crear.