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Puerta Escénica

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La Fuerza Interpretativa detrás de Historias para no dormir

"Historias para no dormir" es una experiencia teatral que no solo desafía los límites del suspenso, sino que se sostiene sobre el talento indiscutible de un elenco que logra transmitir el terror y la complejidad de sus personajes. Descubre cómo el elenco de esta producción se convierte en el alma de la narrativa.

CARTELERA

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La producción teatral de Alex Galindo, y Manuel Iván Reyes, “Historias para no dormir”, se presentó con dos funciones para el público poblano, logrando capturar la atención de los espectadores gracias a su audaz apuesta escénica. A pesar de su minimalismo visual, esta obra muestra una madurez creativa evidente y una profunda comprensión de los recursos que el teatro de suspenso y terror exige. La profesionalidad del elenco logra sostener el peso de los tres cuadros narrativos, dejando en evidencia la importancia de la interpretación actoral en un montaje que busca crear tensión y exploración psicológica.

Desde los primeros momentos de la obra, Galindo demuestra una habilidad como director para transformar el foro en un espacio de misticismo, recurriendo al lenguaje del cine para introducir a los personajes y situarlos en el contexto de cada cuadro. El uso del estrobo y sonidos como ritos o llantos, crea escenas que envuelven al espectador en un espacio de suspenso psicológico donde los sentidos se agudizan y la atmósfera se vuelve perfecta para disfrutar la obra.

Un elenco que sostiene la narrativa

Los actores Casandra Aguilar, Fernando Sansores, Nico Isuani, Selene de Portugal, Adrián Villanueva, Rodrigo Nales, Jafet Morales, y dirigidos por Alex Galindo logran proyectar una energía sobresaliente, que combina una fuerte presencia escénica y una proyección de voz impecable. Su expresividad y control gestual son esenciales en una obra donde el terror y el suspenso exigen una constante conexión emocional con el público. La ejecución del ritmo narrativo es controlado con gran precisión, cada cuadro tiene su propia esencia escénica y por ende cada uno de ellos contribuye a la atmósfera de su totalidad en “Historias para no dormir”.

La estructura de tres cuadros: el teatro como reflejo de la psique oscura

La obra está estructurada en tres cuadros, cada uno dedicado a relatar la historia en primera persona de tres infames asesinos seriales: John Wayne Gacy, Anatoly Onoprienko y Peter Kürten. Este enfoque ofrece una introspección directa en las mentes de estos personajes, invitando al público a cuestionar los límites de la humanidad y a confrontar sus propios miedos más oscuros. Este enfoque del teatro de asesinos seriales, caracterizado por la amalgama de terror psicológico, crítica social y horror, resulta efectivo al enfrentar a la audiencia con la crudeza de la violencia humana y la complejidad de sus motivaciones.

Fotografía Escénica: Luis Rodríguez de Puerta Escénica

Inspirado en el teatro de terror y suspenso, “Historias para no dormir” se inserta en una tradición teatral que data desde la antigüedad, pero cuya estructura moderna toma gran parte de la época victoriana, donde se consolidaron convenciones del horror gótico y del thriller psicológico. En esta obra, los elementos escénicos y los recursos técnicos, como la iluminación y el sonido, no son solo acompañamientos estéticos, sino verdaderas herramientas para crear un entorno lúgubre y opresivo. Alex Galindo recurre al minimalismo en el diseño de escenografía para enfocar toda la atención en los personajes, delimitando los espacios de cada cuadro y sugiriendo, a través de decorados oscuros y enfocados, una sensación constante de peligro.

Un homenaje a la evolución del teatro de terror

El teatro de terror y suspenso es un género que ha evolucionado a lo largo del tiempo, y esta producción rinde homenaje a esta tradición. Esta obra refleja la necesidad continua de la humanidad por entender el lado oscuro de la mente humana. Tal como lo señaló Aristóteles, la construcción del suspenso en la narrativa es crucial para generar una respuesta emocional en la audiencia, y esta obra de Alex Galindo cumple con creces su desempeño actoral.

Fotografía Escénica: Luis Rodríguez de Puerta Escénica

La puesta en escena es un recordatorio del poder del teatro para transmitir emociones crudas, que invita invita al público asistente a experimentar el miedo, no solo como una emoción inmediata, sino como un catalizador para cuestionar y reflexionar sobre la psique y los límites de la moralidad.

“Historias para no dormir” es una experiencia teatral donde el elenco sostiene de manera firme la narrativa del género de suspenso psicológico, aunado a una dirección que sabe manejar los recursos visuales y escénicos con astucia.