CARTELERA
Diego Aviña, originario de Guadalajara, Jalisco, es un joven actor que ha logrado hacerse un nombre en el competitivo mundo del teatro y los proyectos audiovisuales de México. Desde hace algún tiempo, reside en la Ciudad de México, donde continúa desarrollando su carrera artística con pasión y dedicación. Puerta Escénica platicó con él.
Graduado con mención honorífica de la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT), Diego no solo ha demostrado su talento en los escenarios teatrales, sino que también ha incursionado en plataformas digitales con su serie “Una Serie”, que va por su tercera temporada en TikTok e Instagram. Además, este año dio un paso más allá al debutar en su primera serie y continuar trabajando en sus proyectos teatrales y audiovisuales propios.
Primeros pasos hacia el escenario
Desde pequeño, Diego Aviña encontró su pasión en el arte. Criado en Guadalajara, recuerda cómo le fascinaba inventar historias, dibujar, escribir y, por supuesto, actuar.
Amaba Harry Potter, y cuando vi por primera vez a Daniel Radcliffe en una alfombra roja sin lentes, mi mamá me explicó que él era actor. Ese momento fue revelador para mí
Diego Aviña
Así comenzó a cultivar su amor por la actuación, motivado por la posibilidad de vivir múltiples vidas a través de los personajes.
Con el apoyo incondicional de sus padres, quienes también eran amantes del teatro, Diego se adentró en clases de actuación desde temprana edad. Este interés inicial no se limitó únicamente a la actuación, sino que lo llevó a tomar clases de danza contemporánea, tap, danza española, canto, entre otros. A los 13 años ya estaba trabajando profesionalmente en musicales en Guadalajara, y desde entonces no ha dejado de buscar nuevas formas de nutrir su formación artística. “Me encantó la idea de ser un artista multifacético y multitalentos”, destaca Diego al hablar de su variada trayectoria.
El teatro como forma de vida
Para Diego, el teatro es una forma de expresión viva que conecta a los actores con el público en un juego constante. “El teatro es estar presente con los otros, con el público y con tus compañeros de escena”, reflexiona. Más allá de ser una mera representación, para él, el teatro es un espacio donde se comparte un momento de la existencia. La complicidad con el público y la magia de la experiencia en vivo son, en su opinión, lo que hace del teatro un arte único.
El teatro es una forma de expresión viva, es estar presente, con las y los otros, con el público, con
tus compañeros de escena. Me encanta ir al teatro a disfrutar, a llenarme de emociones y
creo que eso es lo que me gusta de seguir haciendo teatro. Es un juego en conjunto con el
espectador.
Obras destacadas y reconocimientos
La carrera de Diego Aviña ha estado marcada por una serie de producciones teatrales que han dejado huella. Entre ellas, destacan “El otro día soñé contigo”, escrita y gestionada por él mismo, que fue seleccionada por el Circuito Nacional de Artes Escénicas Chapultepec 2024. Otro de sus proyectos, “Sí wey, todo bien”, comenzó en el Teatro Juan Rulfo y posteriormente recibió el apoyo del Sistema de Teatros de la Ciudad de México.
También ha trabajado en “Shelter” de Marissa Chibas, bajo la dirección de Martín Acosta, así como en el emblemático musical de “El Quijote de la Mancha”, dirigido por Juan Ignacio Aranda. Además, en Guadalajara, interpretó a Quasimodo en una adaptación del “Jorobado de Notre-Dame” basada en la obra de Víctor Hugo, y formó parte del elenco de “Chicago, el Musical”, junto a la reconocida actriz Lolita Cortés.
Las dificultades del camino y el desafío de perseverar
Abrirse paso en el mundo del teatro no ha sido sencillo para Diego. A pesar del talento y las oportunidades que ha tenido, reconoce que el panorama teatral en México está “gentrificado”.
Muchos de mis amigos y yo tuvimos que mudarnos a la Ciudad de México porque aquí están concentrados la mayoría de los apoyos, becas y producciones que te permiten vivir del arte, esta centralización impide que se visibilice el talento que existe en otras regiones del país.
Diego Aviña
Sin embargo, a pesar de los desafíos, Diego ha sabido mantenerse firme en su vocación. La perseverancia y la resiliencia son pilares fundamentales en su carrera. Como dijo una vez su profesora Carmen Mastache: “Esta es una carrera no para los más talentosos, sino para los más resistentes”. Diego ha aprendido que, aunque el camino es difícil, la clave está en ser paciente y fiel a lo que le hace feliz. “Yo quiero vivir mi sueño todos los días, y mi sueño es vivir una infinidad de vidas a través de la actuación”, afirma con convicción.
Inspiraciones y estilo actoral
Diego se describe como un actor que parte de la forma para llenarla de contenido. Esto lo ha aprendido de maestros y grandes actrices que lo han inspirado a lo largo de su carrera, como Glenn Close e Isabelle Huppert. La conexión emocional y la capacidad de transformar personajes son dos cualidades que admira profundamente en estas artistas. Diego también recuerda las palabras de Huppert: “Yo no aprendo de los personajes, los personajes se nutren de lo que nosotros les damos”. Esta filosofía ha marcado su manera de abordar cada rol y su visión de la actuación como un reflejo poético de la vida.
La importancia de crear y compartir con el público
Diego Aviña encuentra en la comedia uno de sus géneros favoritos. Le gusta cómo este género puede conectar con el público de manera emocional y reflexiva al mismo tiempo. “Hacer reír y emocionar al público durante hora y media o dos horas es como tener una charla inolvidable con un amigo”, explica. Para él, lo más valioso del teatro es la oportunidad de compartir un momento íntimo con los espectadores, donde la risa se convierte en un vehículo para la empatía y la reflexión.
Diego Aviña no solo es un actor apasionado, sino un creador incansable. Con una carrera en ascenso y una visión clara de lo que quiere lograr, sigue trabajando en sus propios proyectos teatrales y audiovisuales, mientras busca nuevas formas de conectarse con el público. Su camino está marcado por la perseverancia, el amor por el arte y la firme convicción de que la actuación es más que un trabajo: es una forma de vida.
