CARTELERA
Recientemente, en una breve pero reveladora experiencia, presenciamos tres conciertos en una semana, protagonizados por artistas y grupos musicales locales, provenientes de Puebla y el Estado de México. A pesar de su evidente talento y el potencial de sus propuestas musicales, estos espectáculos compartían una carencia notable: la falta de cohesión narrativa y unidad en la presentación escénica.
Entre pausas prolongadas entre canciones y comentarios dispersos sobre el siguiente tema, el público asistente experimentó más una sesión de música casual que un espectáculo integral. El contexto de estas presentaciones —un encendido de árbol de Navidad y un festival cultural en noviembre— pedía algo más elaborado, algo que pudiera conectar al público con el arte a un nivel emocional y estético más profundo. Este “algo” ausente no es otra cosa que el trabajo de un director de escena.
Un vacío que pide ser llenado
La falta de dirección escénica en estos eventos reveló una oportunidad necesaria para artistas especializados en la dirección de escena. Incluso en espectáculos pequeños o producciones modestas, un director de escena puede marcar la diferencia, convirtiendo un recital aislado en una experiencia única, exclusiva y memorable para los grupos musicales.
La dirección de escena no es un lujo reservado para grandes producciones; puede ser ante todo una herramienta esencial que puede transformar una actuación básica en un espectáculo completo. Con una planificación adecuada, el director de escena puede trabajar en aspectos como la transición fluida entre canciones, el diseño de un hilo conductor que narre la experiencia musical y la integración de elementos visuales que refuercen el impacto de la música.
En Puerta Escénica, creemos firmemente que el vínculo entre los directores de escena y los grupos musicales locales podría revitalizar sus espectáculos. Este tipo de colaboración no solo elevaría la calidad artística, sino que también ayudaría a consolidar una identidad escénica para estos artistas, logrando resonar con sus audiencias más allá de lo auditivo.
El director de escena: un puente entre música y espectáculo
El director de escena no solo organiza movimientos o transiciones; también construye significados. En los espectáculos musicales, su trabajo consiste en coordinar con el director musical para que cada nota, palabra y gesto estén alineados con una narrativa que conecte emocionalmente con el público. Desde detalles técnicos como la iluminación hasta decisiones artísticas sobre las interacciones con la audiencia, esta figura asegura que todo sea parte de un todo coherente y atractivo.
Al observar los conciertos mencionados, resultó evidente la falta de un plan que guiara las actuaciones más allá del repertorio musical. Esto llevó a momentos de desconexión que podrían haberse evitado con una dirección estratégica. Por ejemplo, se pudieron integrar transiciones temáticas, proyecciones visuales o interacciones pre-ensayadas que enriquecieran la experiencia y mantuvieran la atención del público.
Un llamado a los artistas y directores locales
La escena musical independiente, como la de Puebla y el Estado de México, está llena de talentos que merecen brillar en escenarios grandes y pequeños. Sin embargo, para alcanzar su máximo potencial, es crucial reconocer la importancia de la dirección escénica como un recurso para narrar historias a través de la música.
Este es un llamado para que los grupos musicales locales consideren colaborar con directores de escena y aprovechen la oportunidad de ofrecer algo más que canciones: un espectáculo integral que deje huella. La inversión en esta figura no solo beneficia a los artistas, sino que también eleva el estándar de las producciones culturales en nuestras comunidades, fomentando públicos más comprometidos y una industria cultural más robusta.
Un concierto puede ser mucho más que una serie de canciones; puede ser toda una experiencia. Pero para lograrlo, se necesita la visión y el trabajo de un director de escena que dé vida a una narrativa unificada, que convierta cada actuación en un momento inolvidable. Es hora de que nuestros artistas locales apuesten por esta colaboración y ofrezcan espectáculos que inspiren y conecten con sus audiencias en todos los niveles.