CARTELERA
Actor de cine, televisión y teatro, ha participado en más de 30 puestas en escena con diferentes compañías de CDMX y Tlaxcala; es docente en el Centro Universitario de Teatro en la FCPyS, CELE y CCH de la UNAM. Originario de Apizaco, Tlaxcala, Mauricio Garmona es director artístico y productor de Teatro Vientos, en entrevista para Puerta Escénica nos comparte su proceso en lo que él considera “Los 12 pasos del héroe”.
“Mis actividades profesionales oscilan entre Tlaxcala y la CDMX”.
Mauricio Garmona
LOS INICIOS DE GARMONA
Mi encuentro con el Teatro fue producto de la causalidad en el año 1994, cuando tenía 20 años y había terminado la preparatoria pero no sabía aún cuál era mi vocación. Ese mismo año fue un hito en mi vida en el sentido de que todo lo que hacía anteriormente carecía de importancia o resultaba poco interesante en lo personal-familiar, sentía que la vida se me estaba yendo por la borda, tenía la percepción de que todo el mundo me consideraba un ser incipiente y me encontré conque existía el teatro, lo que nunca, hasta ese momento creí que sería mi forma de vivir.
“necesitaba un cambio radical en mi vida y tendría que ser positivo, pues era un vago con muy pocas aspiraciones”.
Mauricio Garmona
LOS 12 PASOS DEL HÉROE
Puedo definir todo mi proceso hasta ahora, quizás para embellecerlo un poco, como el comienzo de una travesía heroica, haciendo referencia a los 12 pasos del héroe de “El héroe de las mil caras” de Joseph Camppbell.
“Es sin lugar a dudas la ficción que me sienta mejor para vivir el teatro en forma paralela a la realidad cotidiana”.
Mauricio Garmona
PRIMEROS PASOS “EL MUNDO ORDINARIO”
Antes de iniciar con mi aventura tuve que pasar por lo que se conoce como el primer paso del héroe: “el mundo ordinario” -el de mi persona- ya que el teatro ha sido siempre, desde que lo descubrí, mi mundo especial -el vientre de la ballena- donde constantemente entro y salgo de umbral en umbral para vencer mi supina ignorancia -esa enemiga silenciosa que todo lo estropea cuando no hay objetivos claros-, mientras me hago cada vez más consciente de lo que busco, en lo que llega la madurez de mi tardía adolescencia.
“LLAMADO A LA AVENTURA”
En 1994 tuve la oportunidad de trabajar temporalmente en lo que se conocía en esa época como el Voluntariado Estatal –Promotores Voluntarios de Tlaxcala-, me enteré por medio de un amigo coetáneo mío, quien trabajaba ahí -así se manifestó mi segundo paso del héroe: “el llamado a la aventura”– quien me habló de la convocatoria; mi participación en dicho organismo institucional se llevó a cabo a través de la oficina de “Jóvenes en solidaridad” -hoy Instituto Tlaxcalteca de la Juventud-. El trabajo consistía en custodiar en calidad de voluntario -éramos alrededor de 20 jóvenes, entre hombres y mujeres-, al lado de policías y judiciales, cuidando de una exposición muy grande con la obra del muralista francés Jean Charlot -coetáneo y amigo de Diego Rivera-, en el Palacio de la Cultura en la Avenida Juárez #62, Colonia Centro, Tlaxcala, Tlaxcala.
“Mi encuentro más que con el teatro, fue con el arte, pues alternadamente a la exposición había varios talleres como dibujo, modelado de barro, ornamentación y libro de tela. Éste último me pareció un taller muy bonito y creativo conducido por quien sería mi mentora y entrañable amiga Gloria Miravete”.
Mauricio Garmona
Un año después, cuando se dio apertura a la hoy importante casa de cultura “La Libertad” Centro Cultural Apizaco, donde al mismo tiempo que laboraría como monitor de todas las áreas académicas, resultado de mi desempeño en la exposición mencionada –fui contratado para ser asistente de la entonces Secretaria Académica en dicho centro, la Maestra Guadalupe Chávez García (gestora y promotora cultural), quien me dio la oportunidad de tomar clases de arte de lo que yo quisiera al tiempo que trabajaba – así fue que todo conspiró para que me decidiera por el teatro-.
LA MAESTRA, EL MUNDO Y EL ENTRENAMIENTO (III, IV Y V PASO)
Entonces se concretarían tres pasos más de la travesía que sugiere Campbell en “El héroe de las mil caras”: “la aparición de la sabia maestra” (tercer paso), “la entrada al mundo especial” (cuarto paso), y lo que fue la primera parte de mi “entrenamiento” (quinto paso).
Mauricio Garmona
Como complemento a este primer bloque heroico y mi encuentro con la cultura teatral, hoy considero que caí en muy buenas manos, ya que en este proceso de mi formación en el arte escénico experimenté tanto una expansión de conocimientos como de un grupo selecto de amistades. Además de presenciar una diversidad de actividades culturales y artísticas en casi todo el estado de Tlaxcala y el entonces D.F., conocí a entrañables maestros y maestras de música que llegaron a ser pilares en mi vida, a saber: Cleofas Villegas -ex guitarrista de Oscar Chávez-, Carlos Tovar “El Popis” -un músico de gran trayectoria y formador de muchos talentos-, Ceci Rascón -importante compositora de música infantil mexicana- por mencionar sólo algunas amistades, que si bien no fui un alumno de su especialidad sí lo fui en forma indirecta, ya que fueron mi inspiración para el proceso que seguía-; también tuve oportunidad de convivir con artistas profesionales de la danza, (como la cubana Celia Rosales), en pintura, arte textil, fotografía, literatura – conocí a las poetizas Enriqueta Ochoa e Isolda Dosamantes– y demás agregados culturales de Tlaxcala.
Mi horizonte se abrió ampliamente y poco a poco cobró importancia la influencia de estos artistas, hasta que me decidí por fin, después de un complicado proceso de auto evaluación impulsado por mi mentora, a enrolarme en el teatro de manera profesional
Mauricio Garmona
“ALIADOS Y ENEMIGOS”
Cabe destacar que mi sorpresa fue muy grande al saber que fui aceptado en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM en 1997, donde después de haber egresado satisfactoriamente en 2002 se consolidaron con más fuerza mis alianzas profesionales -aquí se manifestaría el sexto paso del héroe: “aliados y enemigos”– , lo que fue un trampolín para que hoy tenga más o menos definido el tipo de teatro que más me gusta hacer y que tiene que ver con lo que Humberto Robles -a quien admiro principalmente por su congruente manera de ser y de pensar en los ámbitos del activismo y el teatro- define como “Teatro Útil” lo que no es más que un teatro necesario en lo político, o nacido de una postura crítica respecto a todo lo que la humanidad desprende en lo estrictamente político. ¿Quiénes somos? ¿Cómo y por qué somos representantes de la humanidad? ¿Cómo es que llegamos hasta aquí desde el punto de vista evolutivo o político? Son preguntas que me inquietan siempre y en todo momento, motores que considero insoslayables en la ley de causa-efecto, que transgreden mi sentir ante lo que considero mi quehacer teatral.
“Por otra parte, el teatro comunitario y popular ha sido fundamental desde mis inicios, pues desde siempre me he sentido atraído a explorarlo porque me permite entender el mundo desde los estilos naturalista y realista, aprovechando la inercia de la ciencia social con respecto al México Profundo”.
Mauricio Garmona
INICIOS DEL VII PASO
En principio, la insatisfacción de participar como actor en compañías, agrupaciones y medios televisivos cuyos contenidos sugieren contextos fuera de la realidad objetiva, que reproducen al mismo tiempo estereotipos donde mi genotipo no encaja o simplemente resulta denigrante; por otra parte, la colaboración en otras agrupaciones teatrales no satisfizo mis expectativas en el mismo sentido que lo anterior.
“Ello me empujó a dirigir y fundar mi propia agrupación con la finalidad de decir lo que pienso a través de mi teatro; necesitaba un espacio dónde poder dignificar mi identidad social y la de otras personas, y para ello tuvo que cobrar importancia, necesariamente, un enfoque social y de DDHH, además de la perspectiva de género”.
Mauricio Garmona
Esta rebeldía contra lo meramente establecido en el teatro hegemónico ha sido de algún modo mi bandera en los trabajos que realizo hoy día, desde el 2009 que decidí trabajar en forma independiente.
Las herramientas de las que hago acopio tienen que estar emparentadas con las humanidades, las ciencias sociales, el periodismo, y de ahí recurro hacia todo el material que la realidad objetiva pueda ofrecerme a partir de los diversos ámbitos culturales, sociales y políticos; trato de marcar una postura crítica respecto a lo impuesto por el establishment. Paralelamente a ello recurro a medios audiovisuales, documentales, pictóricos, literarios y todo lo que el arte o la realidad objetiva puedan aportarme para enriquecer cada uno de mis trabajos. No puedo hacer a un lado la intervención de otros creadores o especialistas en áreas como escenografía, iluminación, musicalización, vestuario, animación en multimedia, o lo que necesite el proyecto, pero que pueda ser costeable para la compañía.
“Me gusta mucho trabajar también de manera unipersonal mis proyectos íntimos y eso me hace sentir mucho más libre. En México no siempre se puede trabajar un proyecto escénico con el modelo de mucha producción porque además muchas veces se confunde con lo meramente comercial”.
Mauricio Garmona
En cuanto a cómo es que elijo un proyecto, regularmente no me gusta partir de un texto dramático ya escrito, salvo para fines didácticos, aunque a título personal gusto de leer mucho teatro. Me dejo guiar fundamentalmente por los temas que me resultan necesarios o vigentes, dignos de llevarse a escena. Me enfoco en algún tema que sirva a la sociedad de mi tiempo-espacio. Eso es lo que determina que me enrole en un proyecto. Como me gusta la frescura, trato de realizar obras originales, es decir creaciones dramáticas donde la investigación científica sea lo que marque la pauta, es decir lo que sea probable, y de ahí hasta concretar la puesta en escena, pasando necesariamente por la dramaturgia, en un sentido de que involucre a todas las áreas a la investigación científica -ya había comentado sobre mi gusto por el naturalismo y el realismo-. Lo anterior devela mi interés por convocar a dramaturgos/as que admiro mucho, para que escriban una pieza según la temática que me resulte inquietante.
“PRIMERAS BATALLAS”
El teatro es mi mundo espacial, así que continúo con los 6 pasos restantes del héroe , según Joseph Campbell. Los parafraseo así: “las primeras batallas” (séptimo paso)
“se asemeja a aquellos momentos cuando ya no hay escuela para experimentar pero aún puedo atreverme a ello, con mucho miedo de fracasar, aunque finalmente te acostumbras tanto a ello que entre más fracaso más aprendo”.
Mauricio Garmona
ÚLTIMAS BATALLAS
El siguiente paso es el ocho, “la desaparición del sabio o maestro”, ya no hay quien me guíe y tengo que valerme de mis propias herramientas para materializar mis ideas creativas, cada proyecto es siempre una nueva experiencia donde se inicia de cero.
“El descenso a los infiernos” (el noveno paso) representa para mí esos momentos de soledad creativa sumados al ir a contracorriente en el sistema cultural y político mexicano, este suele ser un tormento constante para todo artista, así que tampoco me siento solo porque hago buenas alianzas con artistas que miran desde un ángulo compartido.
“La apoteosis del héroe” (décimo paso, la batalla final), para mí es el momento en el que finalmente puedo materializar una creación, ya a punto del estreno, el enfrentamiento al público.
“El regreso de los infiernos” (el onceavo paso) es ese momento en el que sólo se espera el acuse de recibido por parte del público cautivo, el único que tiene el derecho a insultarte si no le gusta tu trabajo porque, si digiere conscientemente el concepto, es quien tiene idea objetiva del hecho escénico que le estás compartiendo como creador.
“EL ELIXIR DE LA VIDA”
Por último, “el elixir de la vida” (el paso número doce) lo último y el inicio de todo, la nada, es la vuelta a la realidad objetiva, en donde estamos expuestos para comenzar de nuevo la travesía pero totalmente renovados, quizás en otro proyecto. Y la aventura sigue….
ALGUNAS OTRAS APORTACIONES
Para mí, el teatro, se me va la vida en ello, considero que me empuja a ser un poco más humano, es lo que para Sísifo significa subir una montaña rodando una gran roca con el fin de encontrarle un sentido nuevo a la vida.
Dirigir teatro implica entender los ciclos de muerte-vida, de la naturaleza humana, me sirve para justificar los afanes y pasiones humanas, para invitar al público a ser un poco más sensato en el tiempo que le tocó vivir. Es al mismo tiempo un convite para quienes aprecian cautivamente el hecho escénico (el público), para dialogar con lo más íntimo de cada ser que permite involucrar sus sentidos al momento mismo de la representación (las actrices y actores), en el aquí y el ahora.
El teatro es el ritual por excelencia que permite una comunión fiel con nuestros pares, lo que nos hace entender a lo otro como distinto para ser más tolerantes hacia lo que desconocemos de antemano.
La dirección escénica me ayuda a ser empático con la sociedad de mi tiempo, me permite conocer hasta el tuétano la compleja vida y sus seres.
EL ESTILO DE GARMONA
Mi estilo, lo repito nuevamente, es naturalista y realista; busco retratar el realismo documental o psicológico, es decir, la complejidad de lo humano en el más hondo sentido, pero sin que haga a un lado lo político y/o religioso. Me gustan mucho las ciencias sociales, así que también busco conectar con ello. Aunque admiro mucho a Darío Fo, mi tono no es precisamente la comicidad sino lo trágico, es decir que admiro la genialidad en general.
Hace tiempo, cuando comenzaba a hacer teatro, conocí a Alejandro Tamayo en el contexto del teatro popular o comunitario, un director mexicano afín a las temáticas políticas, las que retrata muy bien en sus puestas en escena (no tiene nada que ver con el cabaret o el burlesque, lo puramente panfletario), me encantaba que imprimía a sus piezas un amplio sentido crítico, al grado de lo grotesco e hilarante; por otra parte lo poco que sé sobre Julio Castillo, – a quien no tuve la fortuna de conocer en persona más que por las entrevistas que existen de él en archivo- , quien se convirtió en alguien admirable para mí porque me resultó un ser muy brillante que buscaba retratar la conducta de todos los estratos sociales de nuestro país para llevar a escena la bastedad del mundo; ambos directores, uno independiente, el otro institucional, me hicieron creer en un teatro crítico de y para la sociedad con la que convivo a diario. Aunado a ello, ambos me resultan rebeldes, por consecuencia fascinantes. No hay nada más gozoso que hacerse cómplice de la rebeldía en todas sus formas. Considero que hay muy pocos artistas con el suficiente talante para confrontar al público en México, y menos aún quienes lo hagan bien, son realmente pocas las personas dedicadas al teatro, comprometidas verdaderamente con el arte de concientizar, es una utopía que siempre hará falta.
Francísco Toledo me parece un ser de una solo pieza, es para mí totalmente admirable en esencia. Una influencia muy significativa lo han sido siempre mis amigas y amigos de toda la vida, sin embargo hay quienes sobresalen a mi vista, uno de ellos es mi gran amigo Fernando Castillo, un filósofo, escritor y cineasta, un singular ser humano que me enseñó a pensar la existencia, a escucharme y a ser autocrítico desde la perspectiva social y política. Desafortunadamente ya no está en este mundo pero lo recuerdo con absoluto respeto y con un muy especial cariño.
Admirar a alguien y dejarme influenciar por quienes admiro es una proeza: al sentirme imposibilitado a ser como alguien más, me doy por vencido antes de que pueda conseguirlo, entonces elijo dejar que esa belleza me transforme sólo a partir de la contemplación, sin llevarme nada a casa, le dejo ser sin expropiarle una sola partícula.
Sin embargo, a mí me hubiese gustado conocer personalmente a Rodolfo Usigli, Elena Garro, Ricardo Flores Magón, Sor Juana Inéz de la Cruz, José Revueltas, Rosario castellanos, Vicente Leñero, Bertolt Brecht, Jean-Paul Sartre, Henrik Ibsen, Simone de Beauvoir, Albert Camus, Antonin Artaud, Máximo Gorki, Nikolái Gógol, Fiódor Dostoyevski, Jean Genet, Piscator (a los clásicos más populares ni los menciono pero me fascina recurrir a ellos constantemente porque también son grandes fuentes de inspiración), entre otras almas implacables llenas de rebeldía y/o pasión por lo verdaderamente humano. A veces resulta desencantador conocer a alguien que admiras desde la idealización, por su obra, así que es mejor dejarles ser y sólo observar su belleza a distancia.
Por otra parte, me inspiran mucho las obras de los dramaturgos mexicanos vivos como Hugo Salcedo, Humberto Robles, Alejandro Román e Ilya Cazes, con quienes encuentro afinidad; no se pueden soslayar tampoco directores vivos como el imprescindible Luis Valdéz; sin embargo, me es absolutamente lamentable la falta de actores y actrices rebeldes, conozco realmente a muy pocas esencias con ese toque particular.
Quizás debe ser porque soy actor de profesión, no lo sé, pero lo más relevante en una puesta en escena para mí es la actoralidad y todo lo que conlleva caracterizarse; es decir, la forma y el fondo de los personajes. De ahí lo que considero importante en toda la conceptualización de la puesta en escena es la verosimilitud ante la presencia del público, quien me resulta, además del elenco, imprescindible. Crear una atmósfera no sólo depende de la pirotecnia teatral sino de la capacidad histriónica acompasada de una dirección puntual. Se trate de una producción grande o pequeña, lo que a mí más me importa es que el público se encuentre con el significado y al mismo tiempo se entregue en cuerpo y alma a las convenciones más elementales de la puesta en escena: actuación y concepto escénico. Todo y nada a la vez… Lo más difícil de dirigir en una puesta en escena, desde mi perspectiva, es la actoralidad. Cuando eso queda resuelto, todo lo demás fluye como si dios lo dictara.
TRAYECTORIA EN DIRECCIÓN Y “TIRADERO A CIELO ABIERTO” LA AMENAZA
Dirijo desde el 2005, llevo 14 años hasta ahora. Mis puestas en escena no son muchas, si acaso suman cinco de manera profesional, la mayoría han sido unipersonales, es decir que asumo el difícil papel de la auto-dirección. He dirigido más de diez obras con elencos numerosos para fines didácticos, sin embargo. La idea es seguir en la búsqueda para salirme de mi Tespis y covertirme en un Esquilo.
La primera obra que dirigí fue en el 2005, “La rata bastarda amarilla” de Alejandro Román, fue fascinante debido a que se realizó con “tres pesos”, lo que me obligó a priorizar lo actoral desde entonces. Otra pieza que me resulta muy significativa es “Tiradero a cielo abierto” del mismo dramaturgo, Alejandro Román; este proyecto es uno de los que más amo, por el impacto que ha tenido hasta entonces en mi persona, por lo tanto en el público que ha presenciado sus más de 300 presentaciones.
“Surgió a partir de la investigación periodística sobre el tema de trata de personas con fines de explotación sexual, el lenocinio y la prostitución, luego le continuaron las fuentes científicas (la antropología como base fundamental) y se fueron sumando otras referencias de tipo testimonial, incluido el trabajo de campo”.
Mauricio Garmona
El proyecto cobró mucha fuerza una vez que estuvo listo para su estreno en el 2012; fue el resultado de una beca del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Tlaxcala en la categoría “Creadores con trayectoria destacada”; consistió en la creación de un texto, la producción y puesta en escena de un monólogo con la temática de prostitución y lenocinio, pero terminó siendo una amenaza para las instituciones locales debido a que desmantela el modus operandi del lenocinio y la trata de personas con fines de explotación sexual en Tlaxcala. Por otra parte, aunque ya estaba programada una pequeña temporada de cuatro funciones en el Teatro Xicotencatl de Tlaxcala, de un día para otro se “cortó la comunicación” con el Director en turno (Gerardo Navarro) en el espacio mencionado, lo que ocasionó que se bloquearon todas las posibilidades para llevar a cabo su estreno en cualquiera otro recinto cultural de Tlaxcala. No obstante, en el 2013 participé con este mismo proyecto en la VIII Muestra Estatal de Teatro de Tlaxcala; ya estaba teniendo mucho éxito en otras latitudes, pues formaba parte de programas contra la trata de personas a nivel federal en la SECTUR y OAK Fundation para el sector de los viajes y el turismo en México, y contaba con el aval de importantes especialistas en el ámbito sociológico, antropológico, y organismos no gubernamentales de talla internacional; dicho monólogo fue considerado por estos mismos especialistas como el proyecto teatral que mejor abordaba el tema, lo presentaba con mayor nitidez y eficacia para impactar al público en aquel tiempo; las y los espectadores de Tlaxcala vibraron al momento de ver nuestra participación en el Teatro Xicotencatl, lugar sede de la VIII muestra estatal de teatro, como parte de la programación.
Todo indicaba que éste trabajo representaría a Tlaxcala en la Muestra Regional de Teatro de la Zona Centro, sin embargo el jurado (conformado por Gerardo Trejo Luna , Rubén Ortíz y Raúl Zermeño, este último se encontraba bastante débil de salud, y lamentablemente falleció al poco tiempo) que fue enviado por la Coordinación Nacional de Teatro, quienes declararon desierta la representatividad de Tlaxcala en el mencionado circuito y se negaron a facilitarme una retroalimentación, lo que concluyó en mucho enojo por parte de la mayor parte del gremio de teatro del estado. Incluso se llevaron a cabo manifestaciones que provocaron furor al interior de la mayoría de las agrupaciones. El malestar tuvo impacto a nivel nacional, por medio de las redes sociales; estaba bastante claro que el ITC se puso a la defensiva con la pieza “Tiradero a cielo abierto”, ya que evoca el complejo problema del lenocinio en Tlaxcala, desde los años 50s, según la fuente “TRATA DE PERSONAS: PADROTES, INICIACIÓN Y MODUS OPERANDI” del Antropólogo Social Oscar Montiel Torres.
Hoy por hoy el proyecto “Tiradero a cielo abierto” lleva 363 funciones de forma totalmente independiente en forma nacional e internacionalmente, pues a pesar de que mi deber como creador era presentar el estreno en el Teatro Xicotencatl, en Tlaxcala, en septiembre de 2012, no se llevó a cabo a pesar de que era un requisito para que me fuera liberada mi carta de compromiso como becario del PECDAT. La obra se estrenó, sin embargo, en un auditorio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Aún con todo, me fue liberada la mencionada carta de cumplimiento ante el FOECAT y el ITC, con la leyenda de “En cumplimiento de sus obligaciones como creador del proyecto “Las Niñas Mariposa”.
LA DOCENCIA
“Considero que dedicarse al arte en general o estudiarlo, implica asumir una gran responsabilidad para contribuir realmente a la evolución humana”.
Mauricio Garmona
Para aportar a la humanidad verdaderamente es necesario formarse y hacerse consciente de que si no mostramos empatia al público, no estabos cumpliendo cabalmente con nuestra función social. El teatro es un camino de constantes caídas, así que merece disciplina, rigor, consciencia social y respeto a la escena; como en la vida, el teatro conlleva a la dinámica de ensayo y error, donde la única alianza importante es el trabajo en equipo, la constancia y el trabajo personal, que nunca traicionan, vayas donde vayas, estés con quien estés.
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Puerta Escénica agradece a Mauricio Garmona el permitirnos poner por completo su entrevista, ya que consideramos de gran aporte su testimonio, para aquellas personas que se quieran dedicar al TEATRO.