CARTELERA
AZAHARES
Adaptación: Juan Alberto Alejos
Dirección: Lisha Montaño Weaver
Una puesta en escena que ha adaptado de forma más que entendible y amena los hechos ocurridos en la obra de García Lorca, recortando personajes, escenas largas y literarias, que van dejando un terreno más amplio a la acción dramática, en sí, un trabajo que no busca reinventar la formula del texto original, sino qué, apuesta por el dinamismo del argumento.
Este trabajo con el texto se ha aprovechado de sobremanera por la dirección, ofreciéndonos imágenes muy pulcras y momentos solemnes que crean en su conjunto cuadros muy estéticos y sobrios. Ahora bien, la obra Azahares se siente divida en dos partes, en una parte podemos encontrar los dosprimeros actos, que nos sirven para reconocer el mundo en donde se va a desarrollar la historia, y la presentación de los elementos que conformarán la trama. Esta parte es rápida y dinámica, que goza también de mucho ritmo y humor que nos deja entre ver la situación y circunstancias generales de los personajes, todo con un tono muy cotidiano. Aquí la dirección es sencilla pero precisa al momento de su ejecución.
La segunda parte, conforma el tercer acto, que toma mayor protagonismo en el montaje. Momentos oníricos y poéticos, cambios de atmósferas, que van muy bien acompañados con el giro argumental de la obra, nos dan está sensación de desasosiego y marcan muy bien lo que se trabajó más de la obra. Este tercer acto que es más lento y cargado de imágenes se nos muestra como un espectáculo visual muy clásico. Todo en esta parte está muy cuidado y limpio, (salvo la pelea del novio contra Leonardo, que es caótica y rompe con la estética general de la obra) haciendo uso de elementos sencillos pero muy significativos como: el Azahar, el vino y la mesa. Aquí también se experimenta con distintos planos, brindando una variación a la fórmula. Sin embargo se ha descuidado un elemento fundamental, y ése es: la actuación. Pareciera que todo este control sobre la escena ha hecho que los actores y actrices se vean limitados por su marcaje, hay poca organicidad en la actuación de los personajes. Se ha apostado más por un trabajo pulcro de imagen que por la honestidad en escena. Aunque hay un esfuerzo interno, por generar la emoción deseada, ésta se ve frenada por una contención poco orgánica y forzada que hace parecer tensos a los actores y actrices.
Creo que esto ha pasado por no querer exagerar y romper con la solemnidad del texto y las imágenes logradas. Dejando la sensación de que algo falta , pues jamás se alcanza a empatizar con alguno de los personajes, lo que da como resultado poco interés al final, (sólo un personaje se vuelve distinguible por su frescura y ese es la tía). Un detalle que sin duda se corregirá con la experimentación de lo logrado y su dominio. Ya qué, si bien es cierto uno de los detalles de la obra es la actuación, esto no es por los actores en sí, sino por un desequilibrio de la dirección. Conociendo el trabajo previamente de algunos actores del reparto, no cabe duda que esto se corregirá, y lo único que se puede esperar es calidad por parte de ellos.
Al final el conjunto de todos estos elementos nos dan una obra estética y poética, que al igual que la adaptación del texto, no buscan reinventar la obra en sí, sino que se apuesta por lo ornamental y pulcritud del montaje, aportando poco a la capacidad reflexiva que nos da el teatro.
Por Ermhy Alejandro Méndez Pérez