CARTELERA
“Cuando actúo puedo jugar libremente sabiendo que nada es real y todo es verdadero, que aunque pueda pasar cualquier cosa en el escenario, uno termina bajando para entender que después de lo experimentado, nada importa… igual que en la vida. Es de los pocos momentos donde puedo decir que estoy enfocada sólo en el presente, en lo que pasa aquí y ahora, aunque después cuando la ficción acaba comienzo nuevamente a angustiarme por el futuro o a pensar obsesivamente en el pasado… En fin, así somos de contradictorios”.
María Balam
María Figueroa Jáuregui mejor conocida como María Balám, es originaria de Guadalajara jalisco, descubrió, gracias a un maestro, que su vocación artística está sobre los escenarios, Puerta Escénica tuvo el agrado de platicar con ella.
INICIOS EN EL ÁMBITO TEATRAL
Me inicié en el teatro por casualidad. Tuve la fortuna de encontrarme en mi adolescencia con un CEDART (escuelas preparatorias con formación artística integral del Instituto Nacional de Bellas Artes). Yo no deseaba ser actriz, de hecho, dada mi personalidad tímida e introvertida, opté por la música.
“Me daba pánico pararme en un escenario, y cuando tenía que hacerlo, temblaba de sentirme tan vulnerable”.
María Balam
Pero algo debió ver el maestro de teatro en mí, que en el primer montaje “Cedartiano” – me dio un protagónico -. Yo me quería morir, tenía mucho miedo. El día de la función, tras bambalinas, estuve a punto de salir corriendo, pero en el momento en que escuché el pie para entrar, decidí vencer mis miedos y salir a escena. En ese momento sentí una explosión en el pecho, pudo ser la adrenalina o la energía del público, no lo sé, pero de inmediato supe que me iba a convertir en actriz.
Disfruté tanto estar en el escenario, escuchar las reacciones y estar en contacto con el público que incluso ya no me quería bajar… A partir de entonces comenzó mi camino en la actuación.
LA ACTUACIÓN EN LA VIDA DE BALAM
He enfocado mi carrera en ser una artista completa. Me apasiona la multidisciplina, y he puesto mi atención en desarrollarme, adquiriendo diversas habilidades escénicas como la música, el canto y la danza. A la par, he buscado siempre expandir mis horizontes en otras áreas como el trabajo de laboratorio, la gestión y la producción.
Ahora mismo, por ejemplo, estoy tomando un taller de dramaturgia para expandir mis horizontes creativos.
Vivimos tiempos que nos exigen una constante actualización, así como la adquisición de nuevas herramientas que enriquezcan nuestros discursos creativos, por ello, el año pasado fundé mi compañía teatral y estoy trabajando arduamente en mis poéticas personales.
Como actriz, he tenido la fortuna de participar en alrededor de 15 montajes profesionales. Siendo los últimos tres de mi carrera – antes de la pandemia – los más trascendentales: “Juana Inés, paráfrasis de sí misma”, con la que pude viajar por México y España, “Villa Woyzeck Town”, la primera obra de mi compañía y “El Gran teatro del Mundo” dirigida por el cineasta Carlos Saura.
Estos montajes que comparten la misma característica, me han ayudado a configurar mi apuesta como artista, la resignificación de textos clásicos expresados a través de una visión contemporánea.
APORTES DEL ACTOR A LA ESCENA
Los actores debemos asumirnos como creadores escénicos, no sólo como canales de representación.
“Proponer e indagar sobre nuestra condición humana y trabajar con quien dirige para la codificación de un lenguaje propio, son tareas que considero esenciales”.
María Balam
El texto se debe trabajar como un pretexto que permita explorar el territorio de lo humano. De este modo, me inclino siempre a los procesos donde la creación se pueda enriquecer de las diferentes perspectivas del equipo.
Pienso también que, quien actúa, está poniendo en juego su carne, sus emociones y su humanidad para generar un discurso, y debe ser prioridad protegerse de procesos dañinos o autoritarios y, por el contrario, abrirse con libertad cuando las condiciones de trabajo son de respeto y confianza.
“Nunca olvidemos que estamos trabajando con materiales humanos sensibles, ni que en el teatro, las actrices o actores, somos quienes hacemos que ocurran las cosas”.
Creo que ya no estamos en tiempos donde quien ejecuta la dirección se vuelve el eje de la puesta en escena; la ventaja de nuestra época es la pluralidad de voces y miradas. Me gusta trabajar con personas creativas, abiertas y con dudas.
“Uno nunca tiene las respuestas y solo estamos tratando de encontrarlas en el momento presente en que la escena sucede”.
“El teatro es la forma en que los seres humanos hemos encontrado para observarnos en tiempo presente, a través de la mirada de los otros” y eso aplica tanto para quien actúa, como para quien especta. A este encuentro, le llamamos “común-unión” y para mi el teatro es un acto de ensoñación espiritual.
María Balam
LA MIRADA DEL TEATRO
Calderón de la Barca lo explica en su auto sacramental “El Gran teatro del mundo” donde expone cómo la vida es sólo una representación efímera en medio de dos eternidades donde cada persona está representando un papel en esta comedia.
Me impacta cómo expone en esta obra la frágil condición humana y lo absurdo de tomárselo todo tan enserio. En ese sentido, agradezco mucho haber recibido la invitación a formar parte de este proyecto, con un equipo tan potente.
Ahora mismo, me parece que tanto en la ficción como en la realidad uno debe de jugar y divertirse, que nada es tan enserio ni duradero, polvo somos, al polvo volvemos y seguiremos dando vueltas en esta rueda eternamente. Creo que verlo de esta manera, me libera en gran medida del inevitable dolor que implica estar vivo, y puedo decir que hacer teatro es una meditación activa dónde lo importante es conocerme en el camino.
LAS HERRAMIENTAS Y EL ESTILO DE MARÍA BALAM
Lo que yo he descubierto sobre las tablas – y no creo ser la primera -, es que la única cualidad que debe tener una actriz o actor, es la valentía de ser auténtico. Cada vez renuncio más a la idea de construir un personaje y enfoco mi mirada en descubrirme en todas mis aristas.
Los seres humanos somos complejos y cualquiera es capaz tanto de las cosas más atroces como de las más sublimes, todo depende de nuestras historias y circunstancias.
“Quien actúa descubre que puede ser todo, justamente porque no es nadie. Es una paradoja, pero me sirve vivirlo desde esa perspectiva, porque estar en escena resulta entonces liberador”.
Es importante formarse, adquirir herramientas y estudios para aumentar tu abanico de posibilidades. Entender una técnica y cómo funcionan distintas metodologías es lo ideal, pero no es absolutamente necesario.
Lo que te hacer ser actriz es tu honestidad, y es de las pocas carreras donde no necesitas un título para ejercer, solamente ser libre y auténtica. En ese sentido, no sé si tenga un estilo ni me gustaría saberlo para no encasillarme. Por el contrario, me gusta asumir cada montaje como un reto y como una revelación por descubrir. Es como aprender a escuchar un latido de corazón distinto cada vez, todos laten en distintos ritmos. Ese es el milagro de la vida, y yo nunca escapo de mis latidos.
“Cuando actúo puedo jugar libremente sabiendo que nada es real y todo es verdadero, que aunque pueda pasar cualquier cosa en el escenario, uno termina bajando para entender que después de lo experimentado, nada importa… igual que en la vida. Es de los pocos momentos donde puedo decir que estoy enfocada sólo en el presente, en lo que pasa aquí y ahora, aunque después cuando la ficción acaba comienzo nuevamente a angustiarme por el futuro o a pensar obsesivamente en el pasado… En fin, así somos de contradictorios”.
María Balam
DIFICULTADES PARA EL EJERCICIO TEATRAL
Podría decir que todo, que es un arte precario y poco valorado, que no existen los suficientes estímulos ni espacios ni becas para todos y que, aunque todo esto es cierto, he observado ahora en la pandemia a quienes hacen teatro desde casa, con sólo una computadora e internet, y reconozco que las posibilidades para el convivio son infinitas, y que hay tantos lenguajes y formas de expresión como seres humanos en el mundo. Eso es maravilloso.
“Ahora pienso que lo único que se necesita es tener algo importante que decir y alguien que lo escuche y vea”.
ACCIONES ANTE LA CONTINGENCIA COVID-19
Estos periodos de contingencia son duros y devastadores, particularmente para el sector cultural.
“Admiro mucho los nuevos lenguajes que están surgiendo de este momento. Con cada crisis se abren nuevas oportunidades”.
Personalmente no he querido actuar aún ni participar de estos nuevos movimientos, pues no siento el impulso ni una necesidad que me lleve a hacerlo, y he decido ser honesta con lo ello, mantenerme al margen, ser paciente y observar lo que está pasando.
Prefiero tener fe y pensar que ahora que se reactiven los teatros, la gente tendrá genuinamente la necesidad de convivir acudiendo a estos espacios de contemplación y recreación. Pienso que esto será benéfico para todos; pues, tanto artistas como espectadores, estaremos renovados y nos miraremos distinto a los ojos… Aunque también soy consciente de lo golpeada que se encuentra la economía y que resultará complicado convocar público a las salas, además del miedo a ser contagiados por el covid.
Creo que en estos momentos debemos ser creativos, en la escena y en la vida para adaptarnos a las necesidades de la sociedad, planear de manera segura las estrategias precisas que propicien el mejor regreso a los teatros y buscar otras fuentes de ingreso, pues el panorama se mantendrá incierto y desafortunado por lo menos durante un par de años más. Sin embargo, confío en que nos hará evolucionar encontrando otras formas de relacionarnos con el arte y con el mundo. Por el momento sigo observando y nutriéndome hasta que llegue el momento de volver a poner el cuerpo en acción.
Agradecidos con María Balam por esta entrevista brindada, deseándole que su “ensueño espiritual” perdure durante su vida artística, llenando de ilusión y magia a quienes la vean sobre los escenarios.